jueves, 21 de abril de 2016

LOS MEJORES GOLES DE LEONEL MESSI


LIONEL MESSI



(Lionel Andrés Messi; Rosario, Santa Fe, 1987) Futbolista argentino. Poseedor de una habilidad técnica excepcional, una endiablada velocidad y una inventiva inagotable, desde que llegó de la mano de sus padres al F.C. Barcelona, con 13 años de edad, realizó una carrera vertiginosa por las diferentes categorías hasta el primer equipo, en el que debutó con apenas 16 años en un partido amistoso ante el Oporto. En 2004, con 17 años, jugó su primer encuentro oficial de la Liga española. Con 18 años le llegó su consagración internacional: formó parte de la selección argentina, campeona en el Mundial Juvenil Sub-20 de Holanda, disputado en 2005.

Leo Messi

Pero su verdadera eclosión se produjo con la llegada de Pep Guardiola al banquillo azulgrana: durante las cuatro temporadas en que el técnico dirigió el equipo (2008-2012), sus estadísticas goleadoras alcanzaron niveles estratosféricos, contribuyendo de forma decisiva a que el Barça viviese la mejor etapa de su historia al hacerse con 14 títulos de los 18 posibles. Considerado unánimemente el mejor futbolista del momento, su talento individual se ha visto reconocido en cinco ocasiones con el Balón de Oro (2009, 2010, 2011, 2012 y 2015).

Biografía

Conocido como Leo o Pulga, su inmensa calidad ya apuntaba cuando tenía cinco años y jugaba en el club de barrio de su ciudad natal dirigido por su padre, un empleado de la industria metalúrgica, y se reafirmó cuando, a partir de sus siete años, comenzó a jugar en las divisiones inferiores del Newell's Old Boys de Rosario.

A los 10 años, a punto de dar el salto al club River Plate de Buenos Aires, se le detectó un retraso en el desarrollo óseo causado por un bajo nivel de hormonas del crecimiento; el tratamiento médico era muy costoso, los clubes no quisieron afrontarlo y su padre, que no disponía de los recursos económicos necesarios, decidió entonces emigrar a Barcelona con su familia, donde se le había presentado una posibilidad laboral. En septiembre de 2000, Leo realizaba una prueba en el F.C. Barcelona; el técnico Carles Rexach quedó maravillado con su talento futbolístico y, firmando en efecto un contrato en una servilleta de papel, como cuenta la anécdota, lo incorporó al club, que se hizo cargo del tratamiento del chico. Messi tenía entonces trece años y medía 1,40.

A partir de ese momento Messi se formaría en la Masia, centro de entrenamiento de la cantera azulgrana, donde pasó por las diferentes categorías (Infantil A, Cadete B, Cadete A, Juvenil A, Barça C y Barça B) antes de llegar al primer equipo, ya en la era del presidente Joan Laporta. Aunque participó en el amistoso que enfrentó al FC Barcelona con el FC Porto en el partido de inauguración del Estadio do Dragáo (16 de noviembre de 2003), su debut oficial en primera división con la camiseta azulgrana se produjo el 16 de octubre de 2004 en Montjuic, en el clásico derby con el Español de Barcelona.


Lo demás es historia reciente. A sus 17 años la Pulga marcaba su primer gol como profesional en el Barça en un partido contra el Albacete, y se convertía en el jugador más joven del equipo azulgrana en lograr un tanto en la Liga española. Durante esa temporada 2004-2005, las lesiones que arrastraban algunas figuras del primer equipo y su brillante trayectoria en el filial hicieron que fuese un habitual en las convocatorias y que contribuyera a la consecución del título de Liga, el primero de su palmarés.

Pero la progresión del ariete no había hecho más que empezar. La temporada 2005-2006, después de un gran debut en el trofeo Joan Gamper contra la Juventus de Turín, fue ya sin duda una buena campaña, aunque una lesión muscular lo apartó de los terrenos de juego en el tramo final de la competición. Se exhibió en el Santiago Bernabéu, en un memorable partido en el que los azulgranas vencieron al Real Madrid por 0-3, y en Stamford Bridge, en los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Chelsea. El resultado de la temporada para el equipo de Frank Rijkaard no pudo ser mejor: ganó la Supercopa de España, la Liga y la Liga de Campeones, la segunda de su historia.

En 2006-2007 las cosas no fueron tan bien para el Barça, que no ganó ningún título importante, pero Messi deleitó a los aficionados con jugadas espectaculares que ya lo postularon entre los mejores jugadores del mundo. Entre sus momentos de gloria se cuenta el haber logrado los tres goles del Barcelona que le valieron el empate frente al Real Madrid, en el partido disputado en el Camp Nou el 10 de marzo de 2007.

Otro momento estelar en la biografía de Leo Messi fue su hazaña del 18 de abril de ese mismo año, en las semifinales de la Copa del Rey contra el Getafe, cuando eludió a cinco jugadores, portero incluido, e hizo el segundo gol de su equipo. Esta genialidad dio la vuelta al mundo y todos lo compararon con el Maradona que coronó el célebre "Gol del siglo" ante Inglaterra, en el Mundial de México de 1986. La progresión del jugador continuó en 2007-2008, una temporada difícil para el equipo, que vio cómo se agotaba el proyecto liderado por Ronaldinho y acababa la era deFrank Rijkaard en el banquillo.

El gol frente al Getafe fue de inmediato comparado con el "Gol del siglo" de Maradona

















La era Guardiola

El FC Barcelona inició la temporada 2008-2009 con un nuevo proyecto que generó un cierto escepticismo entre los culés. El presidente Laporta había confiado el banquillo a un hombre de la casa, Josep Guardiola, con buenos resultados en el filial pero sin experiencia en primera. Los más optimistas auguraban buenos resultados a largo plazo. Pero la historia fue otra. Los chicos de Guardiola, con Messi convertido en crack indiscutible, pergeñaron la campaña futbolística más apasionante en décadas. Con un fútbol de libro, alabado en Europa y en el mundo, encadenaron victorias y resultados que pulverizaron todos los récords y consiguieron lo que parecía imposible: ganar en una misma temporada la Copa del Rey, la Liga y la Liga de Campeones, un triplete histórico que nunca antes había logrado ningún equipo español.

En esta campaña, Messi completó su primera temporada sin lesiones y superó su récord de partidos jugados (51) y goles (38). El argentino fue decisivo en las finales de Copa y Champions -marcó el segundo gol del Barça en cada una de ellas-, y, entre goles antológicos, fue el artífice de dos de los seis tantos que encajó el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.

Los tres títulos obtenidos en la temporada 2008-2009 daban acceso al club a disputar otros tantos torneos a principios de la siguiente, antes de terminar el año: la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubs. En todos ellos resultó vencedor el Barça, marcando un récord histórico: levantar en un solo año los seis trofeos de las seis competiciones en que participaba. No hay duda de que, junto al entrenador, la explosión de Leo Messi fue una de las claves de que la era Guardiola (2008-2012) haya pasado a la historia como la mejor del club. El equipo conquistó durante ese cuatrienio 14 títulos de 18 posibles: a los seis citados, hay que sumar otras dos Liga españolas (2009-2010 y 2010-2011), otra Liga de Campeones en 2010-2011 (la tercera de Messi y la cuarta de la historia del club), la Copa del Rey (2011-2012), la Supercopa de Europa (2011), dos Supercopas de España (2010 y 2011) y el Mundial de Clubs de 2011.

De hasta qué punto el papel de Leo Messi en tales triunfos fue determinante pueden dar una idea las estadísticas. De los 16 goles marcados por Messi en la temporada 2007-2008, pasó a anotar 38, 47, 53 y 73 tantos en los cuatro años de la era Guardiola, cifras de por sí estratosféricas que pueden indicar además, en su progresión, que aún no ha tocado techo, como lo ilustran otros aspectos en que sus números mejoran cada año. Ya no sólo hay que valorar su virtuosismo en el regate (sus cambios de ritmo rompen a los rivales hasta el punto de que el técnico del Arsenal, Arsène Wenger, lo llamó "jugador de PlayStation") y su extraordinaria precisión en los disparos y remates, sino también una visión del juego que ha hecho de él un excelente pasador: de apenas tres o cuatro asistencias de gol en sus primeras temporadas, pasó a 29 en la temporada 2011-2012.



A estas alturas ya eran muy pocos los expertos, entrenadores y colegas que no lo consideraban el mejor jugador del mundo. La prensa deportiva y las federaciones internacionales lo reconocían como tal, y además de los incontables títulos de su palmarés deportivo, el jugador acaparaba reconocimientos individuales. Ya en 2009 la revista France Football le concedió el Balón de Oro y la FIFA lo designó Mejor Jugador del Mundo. Ambos premios se unificaron un año después en el FIFA Balón de Oro, que recayó sobre el argentino en sus tres primeras ediciones (2010, 2011 y 2012) y de nuevo en 2015.

El sueño del Mundial

Con la victoria de España en el Mundial de 2010, algunos de los compañeros de Messi en el F.C. Barcelona habían logrado incluir en sus vitrinas todos los trofeos posibles; para el argentino, ésta seguía siendo una asignatura pendiente. A pesar de su contribución, y excluyendo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, los resultados con la selección argentina fueron mediocres. En el Mundial de Alemania (2006) no pasó de los cuartos del final.

Con la selección argentina

Mayores expectativas despertó la participación en el Mundial de Sudáfrica (2010), con el astro argentino en un momento pletórico de forma; pero el combinado albiceleste, bajo la controvertida dirección del legendario Maradona como técnico, cayó estrepitosamente frente a Alemania, de nuevo en los cuartos de final. El distinto rendimiento de Leo Messi con la selección y con el F. C. Barcelona hizo correr ríos de tinta; al final, el fútbol es un juego de equipo en el que cualquier análisis debe tomar en consideración muchos factores.

Los argentinos depositaron sus esperanzas en el Mundial de Brasil de 2014, pero hay que decir que Messi no llegaba a la cita mundialista en su mejor versión. Finalizada la era Guardiola, demostró seguir siendo el de siempre en la temporada 2012-2013 con Tito Vilanova (el segundo de Guardiola) en el banquillo, y el club se llevó la liga con récord de puntos; una lesión del crack argentino en el tramo decisivo de la temporada impidió triunfos mayores. Pero a principios de la temporada siguiente, con su compatriota Tata Martino como entrenador, una recaída en la lesión lo apartó dos meses de los terrenos de juego, y aunque el Barça tuvo opciones hasta el final, la temporada 2013-2014 se cerró sin ningún título y con un Messi menos inspirado que en las campañas precedentes.

Ciertamente, ni la selección argentina ni Leo Messi brillaron especialmente en el Mundial de Brasil de 2014. Si bien los albicelestes empezaron ganando todos los partidos, lo hicieron siempre por la mínima, y fue necesario acudir a las tandas de penaltis para superar las semifinales. En la final contra Alemania, que venía de humillar a los anfitriones por un inaudito 7 a 1, los argentinos supieron frenar el embate germánico y dispusieron de oportunidades, pero acabaron perdiendo en la prórroga. Considerando el juego exhibido, el subcampeonato fue un buen resultado; los argentinos no lo habían logrado desde los tiempos de Maradona. Messi fue además distinguido con el Balón de Oro del Mundial, pero el sueño de conquistar el preciado título quedó otra vez pospuesto.

La era Luis Enrique

A estos relativos fracasos con la selección argentina debe contraponerse, después de dos temporadas difíciles, un nuevo resurgimiento del esplendor del Barça con el desembarco como técnico de Luis Enrique, antiguo jugador azulgrana que, tras su incorporación a principios de la temporada 2014-2015, justo a la finalización del Mundial, ha sabido dotar al equipo de nuevos registros más allá del fútbol «al primer toque» de Guardiola, reforzando su verticalidad (con precisos pases largos que sorprenden y superan las líneas rivales) y la potencia del contraataque.

Sumando a ello la plena recuperación de Leo Messi y su perfecto entendimiento con las nuevas incorporaciones en la delantera (el extremo brasileño Neymar, joven promesa y probable sucesor de Messi, y el uruguayo Luis Suárez como killer o rematador), el Barcelona reeditó en la temporada 2014-2015 los éxitos de 2009 adjudicándose por segunda el vez el triplete (la Liga española, la Copa del Rey y la Liga de Campeones), y a punto estuvo de igualar los seis títulos en año natural al proclamarse campeón de la Supercopa de Europa y del Mundial de Clubes al inicio de la temporada 2015-2016. El comienzo de esta nueva etapa no augura sino nuevos y arrolladores triunfos a la maquinaria azulgrana y a su principal estrella, convertido ya a sus 28 años en «leyenda en activo» del deporte más popular del planeta.




DIEGO ARMANDO MARADONA


(Buenos Aires, 1961) Futbolista argentino, uno de los más grandes de la historia, comparado a menudo con el legendario Pelé. Si bien su habilidad con el balón y su depurada técnica igualaron la del brasileño, la trayectoria de Maradona fue mucho más irregular: su carácter difícil, los problemas de salud y la adicción a las drogas malograron parte de su carrera, pero no impidió que su genialidad brillase en numerosas ocasiones. Tras ganar en 1979 el campeonato mundial juvenil con la selección de su país y triunfar dos años después en el Boca Juniors, inició un periplo europeo que lo llevó al F.C. Barcelona (1982-84), el Nápoles (1984-91) y el Sevilla (1992-93). De regreso a Argentina jugó en el Newell's Old Boys y en el Boca Juniors antes de retirarse en 1997. Con la selección argentina participó en cuatro mundiales y se alzó con el título mundial en el de México (1986), en el que tuvo una portentosa e inolvidable actuación.

Diego Armando Maradona

El futbolista más popular de Argentina nació, según consta en el Registro Civil, el día 30 de octubre de 1961 en Lanús, aunque todos lo identifiquen como el Pelusa de Villa Fiorito, donde transcurrió su infancia y desde donde saltó a la fama. A los nueve años inició su romance con el fútbol, cuando actuaba en un equipo infantil conocido como Los Cebollitas. Don Diego, su padre, regentaba una canchita en el barrio y dirigía el equipo Estrella Roja, al que Diego hijo accedió siendo adolescente y a despecho de sus compañeros de más edad. Estudió en el colegio comercial Avellaneda, pero no terminó el primer año del secundario, pues pasaba sus horas haciendo jueguitos (casi malabares) con la pelota.

Fichado por Argentinos Juniors, debutó en la primera división en 1976, diez días antes de cumplir dieciséis años. Siguió jugando en Argentinos Juniors hasta 1980, y si bien su equipo no obtuvo ningún campeonato, Maradona fue el máximo goleador de los torneos argentinos de los años 1978, 1979 y 1980. En 1979 formó parte de la selección juvenil que ganó el campeonato del mundo. En 1981 pasó al Boca Juniors (el River Plate también intentó contratarlo), equipo con el que salió campeón ese mismo año.

La aventura europea

Ya por entonces los clubes del viejo continente eran el destino natural de las grandes promesas del fútbol americano, y Maradona era la más destacada. Contratado en 1982 por el Fútbol Club Barcelona por 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros, una cifra astronómica en la época), consiguió con los azulgranas la Copa de la Liga, la Copa del Rey (ambas en 1983) y la Supercopa de España (1984), pero una hepatitis y una lesión importante perjudicaron su rendimiento. De nuevo por una cantidad astronómica pasó en 1984 al Nápoles, con el que ganó las ligas de 1987 y 1990, la copa UEFA de 1989 y la Supercopa de Italia de 1991.

Con la camiseta del F. C. Barcelona

Durante su etapa italiana contrajo matrimonio con Claudia Villafañe, de la que tendría dos hijas, Dalma y Giannina. Maradona permaneció en el Nápoles hasta 1991, año en que un control antidopaje detectó consumo de cocaína, por lo que fue suspendido durante quince meses. Poco después fue detenido en Buenos Aires en una redada policial. El 28 de abril de 1992 quedó en libertad y tuvo que afrontar una acusación de suministro y tenencia de drogas.

Su carrera internacional finalizó tormentosamente en el Sevilla, equipo con el que no llegó a completar la temporada 1992-1993. Cuando regresó a Argentina tras su experiencia europea, actuó en el club rosarino Newell's Old Boys (1993-1994) y, después de cumplir la suspensión impuesta en 1994 por la autoridad futbolística internacional (FIFA), volvió a vestir la camiseta de Boca Juniors en 1995, en una temporada irregular en cuanto a su rendimiento. En octubre de 1997 anunció su retirada definitiva después de, una vez más, dar positivo en un control antidopaje.

La mano de Dios y el gol del siglo

Con la selección argentina, Maradona había lucido ya su magia en el combinado que ganó el campeonato mundial juvenil en Japón (1979). En la categoría absoluta, Maradona formó parte de las selecciones nacionales que participaron en cuatro campeonatos mundiales: los de España (1982), México (1986), Italia (1990) y Estados Unidos (1994). Se alzó con el campeonato del mundo disputado en México (1986) y con el subcampeonato en Italia (1990). En el mundial de Estados Unidos (1994) sólo llegó a disputar dos partidos; tras el segundo, dio positivo en un control antidopaje y fue suspendido.

Maradona besa la copa del mundo (México, 1986)

Donde su figura brilló con mayor intensidad fue sin duda en el mundial de México, cuando su capacidad de arrastrar a toda la defensa del equipo rival con su impresionante facilidad para la gambeta y proyección dejó pasmados a los millones de aficionados que seguían el campeonato a través de la televisión. Particularmente memorable fue su actuación en los cuartos de final: cuatros años después de la Guerra de las Malvinas, ingleses y argentinos se enfrentaban en un partido de máxima rivalidad, que terminó con la victoria de los albicelestes por 2 a 1, con dos goles de Maradona.

El primero de ellos debió haber sido anulado (Maradona metió con el puño un balón que disputaba al guardameta británico), pero no por ello es menos famoso: al preguntársele después si había marcado el tanto con la mano, Maradona respondió que había sido "la mano de Dios", y con ese nombre pasó a la historia. El segundo, justamente llamado el gol del siglo, fue una de sus genialidades difícilmente superables: arrancando de su propio campo, Maradona dribló, uno tras otro, a cinco jugadores ingleses y al portero, y marcó de un zurdazo.

El gol del siglo (Argentina - Inglaterra, México, 1986)


Profesionalmente, tras su retiro ejerció como entrenador, directivo del Boca Juniors, comentarista deportivo y presentador de televisión. A pesar de los numerosos escándalos y polémicas que protagonizó durante y después de su carrera deportiva, Maradona siguió siendo idolatrado en su país. El Pelusa supo emocionar a los amantes del fútbol y se ganó un lugar en la historia de este deporte. La canción que compuso Fito Páez (Dale alegría a mi corazón) y el tango Mago Diego, de Enrique Bugatti, son algunos de los homenajes que sus compatriotas le dedicaron.

En 2008 fue nombrado director técnico de la selección argentina de fútbol, y su gestión, como cabía esperar, fue controvertida: pese a contar con figuras de la talla de Leo Messi, a quien reconoció como su sucesor, el combinado albiceleste no pasó de los cuartos de final en el mundial de Sudáfrica de 2010.

TIGER WOODS

(Eldrick Woods; Cypress, California, 1975) Golfista estadounidense. Cuatro veces campeón del Masters de Augusta, y dos del Campeonato de la PGA, del Open de Estados Unidos y del Open Británico, está considerado unánimemente el mejor jugador que ha dado este deporte en la década de 1990, y uno de los más destacados de la historia.
Tiger Woods

Con un palmarés en el que no falta ningún título importante y numerosos récords en su haber, la figura de Tiger Woods ha traspasado las fronteras del golf, y aun del deporte, para convertirse en uno de los personajes más famosos y admirados del mundo en los albores del siglo XXI, al mismo tiempo que en un fenómeno mediático y publicitario sólo comparable a grandes mitos deportivos contemporáneos de la talla de Michael Jordan o Michael Schumacher. No obstante, lo que más llama la atención en Tiger Woods es que ha alcanzado las máximas cotas a las que puede aspirar un deportista en un cortísimo espacio de tiempo, y bastante antes que la mayoría de campeones de la historia.

Hijo de un oficial del Ejército, Earl Woods, y de una thailandesa, Kutilda, su nombre original es Eldrick, aunque su padre le apodó Tiger (Tigre) en honor a un compañero de armas durante la guerra de Vietnam. Desde muy temprana edad demostró aptitudes para el golf. Con tan sólo tres años completó un recorrido de nueve hoyos en 48 golpes y con ocho ganó su primer torneo a nivel internacional, el Optimist Junior, que conquistó en cinco ocasiones más hasta los quince años. En 1991 ganó el primero de sus tres Campeonatos Nacionales de aficionados en categoría juvenil, y en 1992 jugó por primera vez en un torneo abierto a profesionales, el Open de Los Ángeles. Entre 1994 y 1996 cursó estudios en la Universidad de Stanford, etapa en la que ganó una decena de torneos, incluido el título nacional universitario; en este mismo periodo conquistó tres Campeonatos estadounidenses de aficionados (ediciones de 1994, 1995 y 1996).

En 1995 participó en su primer torneo de Grand Slam y fue el mejor golfista aficionado clasificado en el Masters; en 1996 repitió buenas actuaciones en el Open Británico y Estadounidense, y avalado por una brillante trayectoria, este mismo año pasó al campo profesional sin haber cumplido todavía los veinte años. Aunque ya en su primera temporada se adjudicó dos títulos del circuito de la PGA, 1997 fue el año de su auténtica revelación: además de sumar cinco victorias y liderar la clasificación en ganancias del circuito americano, se enfundó su primera "chaqueta verde" del Masters después de realizar el mejor recorrido en la historia del torneo con 270 golpes, nada menos que doce de diferencia sobre el segundo clasificado y dieciocho bajo el par.


Convertido en el número uno más joven del golf mundial con sólo 21 años, en 1998 su nivel de juego no fue el esperado, de forma que sólo pudo vencer en dos torneos: el BellSouth Classic, en el circuito americano, y el Johnnie Walker Classic del circuito asiático, donde derrotó a Ernie Els después de remontar ocho golpes de desventaja. En cambio, en 1999 se mostró intratable y acumuló en su palmarés un total de nueve títulos, entre los que sobresalió su segundo torneo de Grand Slam, el Campeonato de la PGA. También esa temporada ganó la Copa Ryder con el equipo estadounidense, y la cifra de sus ganancias, sin contar contratos publicitarios, alcanzó la astronómica cifra de seis millones y medio de dólares.

No obstante, en 2000 Woods superó con creces todos sus éxitos anteriores, y con sus tres victorias en el Campeonato de la PGA, Open Británico y Open Estadounidense entró en el restringido grupo de leyendas del golf que poseen en su palmarés todos los títulos del Grand Slam del golf mundial. Es más, de haber logrado el triunfo en el Masters, en el que finalizó en la quinta plaza, se hubiera convertido en el único golfista de la historia en conseguirlo el mismo año; sólo Ben Hogan estuvo tan cerca como él de lograr tal gesta en 1953. Su dominio durante esta temporada fue apoteósico: tanto en el Open Británico como en el de Estados Unidos estableció las mejores tarjetas, 272 y 269 golpes respectivamente, y en este último estableció la más amplia ventaja en toda la historia del Grand Slam, con quince golpes. Conquistó además otros siete torneos, entre ellos el Bay Hill, el Open de Canadá, el Torneo Memorial, el Beach National Pro-Am y el Johnnie Walker Classic; y, obviamente, batió su propia marca en cuanto a ganancias.

En 2001 ratificó su condición de número uno del golf mundial con cinco triunfos en el circuito americano y el segundo título en el más prestigioso de los torneos, el Masters. Cuatro años después de su incontestable victoria en Augusta, Woods volvió a vestir la preciada chaqueta verde de ganador. En 2002 firmó nuevas victorias en los circuitos europeo y estadounidense y logró su tercer triunfo en el Masters, para igualar una gesta que a lo largo de toda la historia del torneo sólo habían conseguido Jimmy Demaret, Sam Snead, Gary Player y Nick Faldo.

El segundo "grande" de la temporada y octavo de su carrera llegó en el mes de junio con un nuevo triunfo en el Open de Estados Unidos. Pero sus posibilidades de lograr los cuatro títulos de Grand Slam en el mismo año se frustraron en el Open Británico, donde Woods realizó el peor recorrido de toda su trayectoria profesional en la penúltima jornada y perdió todas las opciones de victoria. Tampoco pudo lograr el triunfo en el torneo de la PGA 2002, donde fue segundo por detrás del casi desconocido Rich Beem.

Una lesión de rodilla le mantuvo apartado del green en las primeras citas de la temporada 2003, pero reapareció con victoria en el torneo de San Diego (California) y ganó también el Accenture en Carlsbad; un triunfo que le convirtió en el primer golfista que se adjudicaba los cuatro torneos de las Series Mundiales (Accenture, NEC Invitational, American Express y la Copa del Mundo). Acudió a Augusta con la etiqueta indiscutible de gran favorito, pero su actuación en el Masters fue decepcionante; no tuvo opciones para luchar por el triunfo, que, finalmente, se adjudicó el canadiense Mike Weir. También fueron discretos sus concursos en el Open USA, el Open británico y el Campeonato de la PGA, de modo que el californiano concluyó el año en blanco en lo que se refiere a títulos de Grand Slam.

Igual actuación tuvo en el año 2004, en el que no consiguió adjudicarse ningún torneo grande. A pesar de ello, superó el récord de semanas como número uno (332 consecutivas) que poseía el australiano Greg Norman, hasta que el fiyiano Vijay Singh se lo arrebató en el mes de septiembre, tras ganar este último el Torneo Norton, celebrado en Massachusetts (Estados Unidos).

En abril de 2005 recuperó el terreno perdido al adjudicarse de nuevo, por cuarta vez, el Masters de Augusta con una espectacular tarjeta de 276 golpes y 12 bajo par. Con este sumaba nueve Grand Slam, número que incrementó el julio de ese mismo año con el Open Británico (276), al igual que hiciera en el verano del siguiente año, en la edición de 2006 (270). Con ello se situó en la tercera posición de la lista de los golfistas más laureados de la historia, por detrás de Jack Nicklaus (18 grandes) y Walter Hagen (11). Este gran triunfo fue refrendado poco después, cuando se adjudicó el Campeonato de la PGA por tercera vez. En diciembre de 2009, el golfista saltó a los medios de todo el mundo por hechos extradeportivos: Tiger Woods declaró a la prensa que dejaba el golf "indefinidamente" para solventar los problemas surgidos en su matrimonio a raíz del descubrimiento de sus frecuentes infidelidades. Algunas empresas que lo patrocinaban le retiraron su apoyo, dejándolo en una difícil situación.


TOP 10 GOLES DAVID BECKHAM


DAVID BECKHAM

El futbolista británcio David Robert Joseph Beckham nació el 2 de mayo de 1975 en el barrio residencial londinense de Leytonstone, adonde, en 1969, se trasladaron desde Hoxton sus padres, el empleado de la compañía de gas y frustrado futbolista David Edward Ted Beckham y la peluquera Sandra West, con la que, además, tendría dos hijas, Lynne (1972) y Joanne (1982).

Pasión por el fútbol

Desde que David empezó a andar, su padre le transmitió sus dos grandes pasiones: el fútbol y el Manchester United, que a la sazón era un equipo más bien mediocre, pues no ganaba una Liga desde 1975. A los ocho años de edad David empezó a jugar en el equipo del barrio, el Ridgeway Rovers, con el que marcó más de cien goles en tres temporadas.

A los once años su vida dio un giro radical tras ganar, en Old Trafford, el famoso concurso de habilidades futbolísticas que organizaba el legendario sir Bobby Charlton. No sólo ganó el trofeo, cuyo premio era participar durante dos semanas en los entrenamientos con las promesas de la Masía del F. C. Barcelona, sino que batió el récord de puntos del certamen. Aquel día, él y su padre se conjuraron -si no se lo quedaba el Barça- para regresar al mítico césped del Manchester United.

David Beckham

Aquella euforia se esfumó de repente cuando Beckham no recaló en el F. C. Barcelona («Algún día volveré al Barça», gritó con rabia en su despedida de la Ciudad Condal), y tras ser rechazado en las pruebas efectuadas por dos equipos capitalinos de más renombre que el de su barrio: el Tottenham Hotspur y, lo que es más sorprendente, el modesto Leyton Orient.

Aunque desilusionado, David no se rindió y jugó en el Leytonstone, al tiempo que perfeccionaba su técnica en la Essex School, sin saber que, tras el concurso, los ojeadores del Manchester United seguían sus pasos por orden del propio entrenador, Alex Ferguson, quien el 1 de julio de 1991 lo fichó personalmente para las categorías inferiores.

En Manchester no se alojó en las instalaciones del club, sino en casas de acogida. Las dos primeras experiencias fueron nefastas, hasta que recaló en el hogar de los señores Kay, Annie y Tommy, con los que convivió más de dos años y a los que considera como sus segundos padres.

Cuando ya estaba acomodado, sus sueños empezaron a hacerse realidad en 1992, año en que junto a Beckham surgió la mejor hornada de la historia del Manchester, con nombres como Micky Butt, Ryan Giggs, Paul Scholes o los hermanos Neville, en un equipo juvenil que, no sólo ganaba, sino que imprimió un nuevo estilo de juego al anclado fútbol británico.

Eran jóvenes de dieciséis y diecisiete años a los que Ferguson seguía desde la grada, hasta que ganaron la Copa juvenil ante el Crystal Palace, a fines de 1992. Entonces comenzó a gestar en su mente la leyenda de los Fergie babes (en un claro paralelismo con los míticos Busby babes liderados por Charlton que conquistaron Europa en los años cincuenta), que, encabezados por el francés Eric Cantona y por un jovencísimo Giggs, que ya había dado el salto al primer equipo, ganarían un nuevo título de Liga para el Manchester en la temporada 1992-1993.

Beckham debutó con el primer equipo el 23 de septiembre de 1992 en un partido de Copa contra el Brighton. A partir de aquel día entrenó con los mayores, pero no jugaba en la Liga porque el Manchester funcionaba a la perfección. Tuvo que esperar hasta la temporada 1994-1995, en la que marcó su primer gol el 7 de diciembre de 1994 en su debut en la Liga de Campeones frente al Galatasaray, cuando aún no había debutado en la Premier League. David, que desde el 23 de enero de 1993 había firmado su primer contrato profesional, se impacientó. Más aún, cuando Ferguson le preguntó si, para la temporada 1994-1995, aceptaría una cesión al modesto Preston, de la Tercera División, con el que jugó cinco partidos y marcó dos goles.

Un ídolo para el Manchester United

En el meridiano de la Liga el medio campo del Manchester quedó mermado por las lesiones, y Ferguson recurrió por fin a Beckham, quien debutó en la Premier League el 2 de abril de 1995, contra el Leeds United. Aquella temporada el Manchester fue subcampeón y Beckham jugó sólo cuatro partidos.

En 1995-1996 se afianzó ya en el primer equipo, con el que jugó treinta y tres partidos y marcó siete goles, demostrando ya que era el mejor centrador del mundo y uno de los jugadores que mayor técnica atesoraba en el lanzamiento de faltas. Estas cualidades no pasaron desapercibidas, y el 1 de septiembre de 1996 debutó con la selección, con la que ha disputado más de cincuenta encuentros y de la que es capitán desde 1999. Siguió jugando en el Manchester, del que pronto se convirtió en el líder indiscutible, con un promedio de treinta y tres partidos por temporada y una media de ocho goles, la mayoría de ellos mediante magistrales lanzamientos de falta.

En su palmarés figuran seis títulos de Liga, una Liga de Campeones y una Copa Intercontinental (1999) y dos Copas de Inglaterra (1996 y 1997), aparte de otros trofeos menores. A título personal ostenta muchos galardones, aunque nunca ha podido ganar el Balón de Oro: Jugador del Mes de la Liga y Jugador Joven del Año (1996), de nuevo Jugador Joven del Año y Sir Matt Busby (1997), Centrocampista Europeo del Año y Balón de Plata europeo por detrás de Rivaldo (1999), Mejor Deportista Británico del año y de nuevo Balón de Plata por detrás de Figo (2001) y Balón de Bronce tras Ronaldo y Zidane (2002). Por otra parte, en noviembre de 2003 fue nombrado caballero de la Orden del Imperio Británico.

Un matrimonio explosivo

Su boda, en 1997, con la ex Spice Girl Victoria Adams multiplicó el atractivo del futbolista para las firmas comerciales y los medios de comunicación. Todo lo que toca lo convierte en dólares, que es la moneda con la que cobra. Durante sus largos años en el Manchester, entre ficha e ingresos atípicos ganó un promedio de 15 millones de euros anuales. Se atreve con todo, hasta ha llegado a cantar en uno de los discos de su esposa, en la canción Out of your mind.

Victoria Adams en su llegada a Madrid

La cantante pareció haber arrinconado en buena medida su carrera para convertirse en dueña y señora de la proyección de su marido y del Beckingham Palace, como es denominada la mansión de los Beckham y donde, hasta que David fichó por el Real Madrid, celebraba a menudo fiestas a su imagen y semejanza, con la presencia de incondicionales como Elton John o Joan Collins.

Con Victoria tiene dos hijos: Brooklyn (5 de marzo de 1999), así llamado porque fue concebido en este famoso barrio neoyorquino, y Romeo (1 de septiembre de 2002), en homenaje a Shakespeare.

La fama de la pareja tiene empero un precio: en 2000 intentaron secuestrar a su primogénito. Por ello ha debido rodearse de extremas medidas de seguridad. Aparte de ésta, el Spice Boy o Becky, dos de sus apodos que han hecho mayor fortuna, ha recibido otras amenazas, hasta de muerte, como cuando en el Mundial de 1998 fue expulsado por una niñería e Inglaterra cayó eliminada por Argentina.

Beckham es todo un negocio, por ello lo fichó seguramente, en junio de 2003, Florentino Pérez, que para el puesto ya tenía a Figo, quitándoselo además al flamante presidente del F. C. Barcelona, Joan Laporta, quien había prometido su fichaje a la afición barcelonista en su campaña electoral. Al Real Madrid, que lo adquirió por 35 millones de euros y por una ficha anual de 6,5 millones, le deberá entregar el 50 % de sus contratos de imagen.

La llegada de Beckham a Madrid fue todo un acontecimiento. Llegó a Torrejón de Ardoz en avión privado y movilizó a miles de aficionados que querían acercarse a su nuevo ídolo. Un olor de multitudes que se repitió pocos después durante la gira asiática del equipo blanco.

Beckham es un hombre pulcro y maniático. Está obsesionado con el orden, y en su casa se viste de manera que los colores de la ropa sintonicen con el color de la habitación en cuestión y con los muebles. Lleva tatuados los nombres de su esposa e hijos y cambia continuamente de look. Y hasta se ha atrevido con pareos, diademas y diamantes, algo que parecía reservado a las mujeres.

Le apasionan los coches, sobre todo los Ferrari y los Bentley, y es un practicante consumado del golf y amante del cine; de hecho es el ídolo de la protagonista en la película Quiero ser como Beckham, la historia de una joven de origen hindú que pasa mil dificultades hasta cumplir sus sueños futbolísticos





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MICHEL SCHUMACHER





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